La Clínica del Hígado del Hospital St. Barnabas lleva más de 15 años ayudando a personas con problemas hepáticos. Muchos de nuestros pacientes tienen hepatitis C, y estamos aquí para proporcionarles la atención y el apoyo que necesitan.

La hepatitis C es una enfermedad hepática que se transmite por contacto con sangre infectada. Se puede contraer por compartir agujas, por transfusiones de sangre anteriores a 1991 o por haber nacido entre 1945 y 1965. Alrededor de 3,5 millones de personas en EE.UU. tienen hepatitis C, pero muchas no saben que la tienen. Si usted nació entre 1945 y 1965, los médicos recomiendan hacerse un único análisis de sangre para detectar la hepatitis C. Las personas con VIH también deben hacerse la prueba, ya que pueden tener ambas enfermedades.

La hepatitis C puede dañar el hígado lentamente a lo largo de muchos años. Puede causar cicatrices, denominadas cirrosis, y provocar cáncer de hígado o la necesidad de un trasplante de hígado. Cada año mueren en EE.UU. unas 25.000 personas de cáncer de hígado, y la mayoría de ellas no sabían que tenían hepatitis C porque a menudo no presenta síntomas.

Los recientes avances en las tasas de éxito de la medicación permiten ahora curar hasta el 97% de los pacientes tratados. La medicación ya no es una inyección; se presenta en forma de píldora y los efectos secundarios son mínimos en comparación con los tratamientos disponibles hace sólo un par de años. Ahora el tratamiento puede curar esta enfermedad.

Para proteger su hígado, pregunte a su médico si puede hacerse la prueba de la hepatitis C. También debe evitar el consumo de alcohol, mantener un peso saludable y vacunarse contra la hepatitis A y B. Estas sencillas medidas pueden ayudarle a mantener sano su hígado.